23 de septiembre de 2009

Estaba la Catalina, sentada bajo un laurel. Sintiendo la frescura de las aguas al caer. Depronto pasó un soldado y lo hizo detener. Deténgase mi soldado que una pregunta le voy hacer. Usted no ha visto a mi marido en la guerra alguna vez? Yo no he visto a su marido ni tampoco sé quién és. Mi marido es alto y rubio, y buen mozo como usted. Y en la punta de la espada lleva escrito San Andrés. Por los datos que me ha dado, su marido muerto és. Y me ha dejado dicho que me cae con usted. Eso sí que no lo hago, eso sí que no lo haré. Siete años he esperado y otros siete esperaré. Si a los catorce no vuelve, a un convento yo me iré. Y a mis dos hijas mujeres conmigo las llevaré. Y a mis dos hijos varones, a la patria los daré. Calla calla Catalina, calla calla de una vez. Que estás hablando con tu marido que no has podido reconocer.
Me siento pequeña devuelta :D

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