21 de septiembre de 2010

Sé por tus marcas cuánto has amado.

Estoy cansada de que gente a la que parezco no le importarle opine sobre mi vida. Mi vida, mis actitudes, mis amigos. Si me hace bien o me hace mal, es problema mío. Yo ya me banqué muchísima cosas por seguir la opinión del resto e intentar hacerlos felices. Pero mí dí cuenta de que no puedo querer tanto a gente que no me quiere ni un poco. El amor se me fue yendo. Reparto todo el que queda entre pocos, y me parece lo mejor. Gente que en mi opinión sí vale la pena, aunque me digan que no. Si estoy equivocada, algún día me daré cuenta, y diré: "¿Por qué no hice caso?".
Pero sinceramente es la primera vez en mi vida en que confío plenamente en que la gente que necesito va a estar ahí siempre, no me va a abandonar. Quizás sí soy una forra, y quizás también me preocupo poco, pero ¿de qué me sirve preocuparme mucho por pelotudeces?. Por gente que sé que no va a cambiar, gente que sé que no vale la pena.
Y me harta, me saca, me enferma soberanamente el hecho de que la gente se haga la amiga, se haga la que le importa. No les importa una mierda nada, y se quejan de que nadie los quiere.

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